Inspirado en la morfología foliar y el ciclo de vida botánico, la colección presenta una selección de piezas que narran el paso del tiempo de la vida misma, la conexión directa de las plantas con la tierra para germinar; su crecimiento, una danza que da vida a formas envolventes y casi surreales, el desarrollo de sus flores y ramificaciones que crean líneas orgánicas cargadas de texturas, sus semillas que son piezas ricas en su forma, y su muerte que es apreciada por la belleza de sus mátices.
Elementos como la luz y la oscuridad dan vida a una paleta de color constrastada por tonos tierra, negro y verdes complementada con volúmenes y siluetas abstraídas de la deconstrucción de formas aplicadas al cuerpo que convergen a su vez con líneas rectas para crear piezas casi escultóricas como un tributo al arte y la vida.
La semilla de Tagua propia de la Palma de Tagua se vincula como un símbolo de origen que junto a las perlas, los tejidos de alta calidad, la sastrería y el trabajo manual cuentan esta historia que célebra la riqueza de Latinoamérica.